¿Dónde anotamos lo que no ganamos? ¿Y lo que no ahorramos?

A final de año hacemos las cuentas, metemos todos los datos en la contabilidad, y tratamos de evaluar el resultado del año. Si es positivo, nos sentimos contentos. No pretendemos grandes ganancias. Es suficiente con no perder dinero y que sobre un poco para aportar al gobierno general de nuestras instituciones o ahorrar para cuando vengan momentos de dificultad. Si es negativo, miramos y remiramos las cuentas a ver dónde puede estar el problema pero sin preocuparnos demasiado, que para eso está el sobrante del año anterior. Pero quizá todavía se puede hacer algo más.  Seguir leyendo ¿Dónde anotamos lo que no ganamos? ¿Y lo que no ahorramos?

Eso de los fondos éticos

Se está hablando mucho de los fondos éticos de inversión. No está mal que se hable de ellos. Nos recuerdan a los institutos religiosos que, a la hora de invertir nuestro dinero en productos financieros, tenemos que salvar algunos criterios éticos, que el máximo beneficio no puede ser el único objeto de esas inversiones, que tenemos obligación, en la medida de lo posible, de saber qué hacen los gestores de esos fondos con nuestro dinero. Seguir leyendo Eso de los fondos éticos

Los institutos religiosos no somos una empresa (y 2)

Decíamos en la anterior entrada de este blog que no somos una empresa. Y es verdad. No tenemos como finalidad maximizar los beneficios que se distribuirán entre los propietarios/accionistas. Lo nuestro es evangelizar de muchas y variadas maneras. Pero al menos hay dos puntos en que, aun no siéndolo, lo parecemos mucho. Seguir leyendo Los institutos religiosos no somos una empresa (y 2)

Los institutos religiosos no somos una empresa (1)

Estoy seguro de que todos los que nos dedicamos de una forma u otra a la economía en los institutos religiosos hemos oído muchas veces esta afirmación: No somos una empresa. Nos la dicen nuestros hermanos y hermanas con un cierto retintín. Quieren recordarnos que lo nuestro es “otra cosa”, que no podemos pretender poner las preocupaciones de tipo económico entre las primeras o más urgentes de la agenda del instituto. Nos recuerdan que hay otras urgencias –pastorales, evangelizadores, humanitarias– mucho más importantes y que priman sobre las económicas. A más de un general y/o provincial se lo he oído decir. Seguir leyendo Los institutos religiosos no somos una empresa (1)

Tiempo de reuniones y proyectos

 Ya sé que hay muchos lectores de este blog que viven en el hemisferio sur. Eso significa que lo que en España es tiempo de vacaciones allá es tiempo de curso ordinario. Pero estoy donde estoy, agosto está a la vuelta de la esquina y este bloggero necesita un descanso.

Pero la verdad es que religiosos y religiosas no saben, en la mayoría de los casos, lo que es un mes de vacaciones. No usan de eso. En realidad, ellos hacen verdad eso de que el mejor descanso es un cambio de actividad. Seguir leyendo Tiempo de reuniones y proyectos

¿Y cuándo no se tiene dinero? Administrar la escasez

Estoy seguro de que los lectores habituales de este blog han entendido perfectamente la idea de las dos últimas entradas: cuando se tiene mucho dinero existe la tentación de administrar mal porque fácilmente nos dejamos dominar por la idea de que los recursos son tantos que parecen inagotables. Pero soy consciente de que no todas las congregaciones tienen esa tentación.  Seguir leyendo ¿Y cuándo no se tiene dinero? Administrar la escasez

Tener dinero puede ser un problema (y 2)

Me van a permitir que insista pero es que éste me parece que es uno de los problemas graves que tenemos en la administración. En los tiempos de vacas gordas nadie piensa en ahorrar, en administrar bien. Parece que sólo cuando llegan las vacas flacas, los tiempos de crisis y caída libre, se nos ilumina la mente y caemos en la cuenta de que los recursos son escasos y hay que administrarlos con mucho cuidado evitando todo despilfarro. Seguir leyendo Tener dinero puede ser un problema (y 2)

Tener dinero puede ser un problema (1)

Anda medio mundo buscando hacerse rico de cualquier manera y voy yo y digo que tener dinero es un problema. Pues cada vez me convenzo más que sí, que tener mucho dinero es un problema que afecta mucho a la buena administración. Y que es un problema que afecta a más de una congregación. En otras palabras: cuando hay mucho dinero aparece la tentación de hacer una mala administración, de derrochar. El problema se siente menos porque… “como hay mucho dinero”. Seguir leyendo Tener dinero puede ser un problema (1)

Planificar a medio y largo plazo

Administrar significa distribuir los recursos (siempre escasos por definición) entre las necesidades (siempre muchísimas también por definición). Al fin y al cabo eso es lo que hacen los padres cuando van a la compra y tienen que distribuir sus escasos recursos (el dinero que lleva en la cartera) entre las necesidades tan variadas de los miembros de su familia, ellos mismos y sus hijos. Las necesidades son múltiples. Hay que comprar ropa. A unos les hace más falta que a otros. Hay que comprar alimentos. Hay que atender a los diversos gastos fijos de la casa (electricidad, gas, agua, seguros…). Hay que apartar dinero para el dentista… Seguir leyendo Planificar a medio y largo plazo

Una oportunidad para la justicia

Algún compañero mío dice que “todos somos iguales pero unos más y otros menos”. Otro habla de la comprensión asimétrica, lo que viene a significar que nuestra capacidad de comprensión se hace mayor según se sube en la pirámide social. Dicho de otro modo, todos tendemos a ser más comprensivos con los que están más arriba o tienen más poder. Seguir leyendo Una oportunidad para la justicia

El arte de informar

Doy por supuesto que la mayor parte de mis lectores son administradores o lo han sido o lo serán. O quizá leen este blog por afición –hay aficiones muy raras–. Pero de lo que estoy seguro es que a todos en algún momento les ha tocado informar o recibir informes de tipo económico. Y que, más de una vez, los hemos dejado de lado porque tanto número se hacía imposible de digerir. Seguir leyendo El arte de informar

La castidad y la economía

Estaba dando una charla a un grupo de religiosas y en medio de la charla saltó el tema de la relación con los proveedores. Y se me ocurrió hacer un comentario sobre la relación entre el voto de castidad y los proveedores. Dije que por el voto de castidad, religiosos y religiosas no nos casamos. Pero que no se trata sólo de que renunciemos a formar una familia. Habría que ampliar la perspectiva y decir que en un cierto sentido no nos casamos con nadie. Y mucho menos con los proveedores. Seguir leyendo La castidad y la economía

Economía en tiempo de Pascua

El otro día estuvo hablando conmigo uno de mis sobrinos más jóvenes.  No sabe mucho de nuestra vida, de la vida de religiosos y religiosas, pero, cuando le conté algo, llegó a la conclusión de que éramos comunistas. La razón fundamental: que todos los bienes los ponemos en común. Bien pensado, tiene razón. Somos una forma de vida que tiene mucho del ideal del comunismo marxista: una sociedad en la que todos trabajan para un fin común y en la que todos aportan según pueden y reciben según necesitan. Así que no le pude decir que hubiese llegado a una conclusión errónea. Algo de razón tenía. Seguir leyendo Economía en tiempo de Pascua

Información, transparencia y corresponsabilidad

Hubo una vez una provincia religiosa que celebraba su primera asamblea. Todos los religiosos (o religiosas, porque no recuerdo bien ese detalle) se sintieron animados a participar en lo que era la primera asamblea de ese tipo que se celebraba en la historia de la provincia –estamos hablando de hace unos cuantos años, claro–. Les dijeron que era una nueva forma de avivar el sentido de la corresponsabilidad de todos en la tarea común que era la misión y la vida de la provincia. Seguir leyendo Información, transparencia y corresponsabilidad

El ecónomo, ¿fuera o dentro del Gobierno?

De vez en cuando me llega la noticia de que una congregación religiosa, la mayoría ciertamente femeninas, ha decidido que la responsable de la economía no debe formar parte del consejo o gobierno provincial. Las razones aducidas suelen ser que es una función muy técnica. Al fin y al cabo el ecónomo o administrador lo único que tiene que hacer es llevar las cuentas. Y nada más. Hasta lo podría hacer una persona contratada, un laico. Seguir leyendo El ecónomo, ¿fuera o dentro del Gobierno?

Sobrevivir en el caos

Ya ha pasado, o casi, ese torbellino de cierre de cuentas, revisión de contabilidades, presupuestos y otras zarandajas a las que se dedican intensivamente los administradores en estos primeros días de cada año. Y el relajo permite leer un poco más los periódicos. He encontrado dos artículos interesantes, uno publicado en El Mundo el pasado 8 de febrero y otro en El País dos días después. Si hacen click en el subrayado podrán acceder a los textos. No son muy largos y tienen un lenguaje accesible. Seguir leyendo Sobrevivir en el caos

Ser ecónomo, un auténtico ministerio

Hace un tiempo estuve de visita en una comunidad religiosa. Después de la cena había un momento de recreo y esparcimiento comunitario en la sala común. Allí estaba, como casi siempre, casi presidiendo la reunión, la televisión. Y descubrí con sorpresa que el ecónomo de la comunidad era el detentor del poder en aquella sala. Tenía el mando en su habitación y sólo lo bajaba en determinadas ocasiones. Aquel mando permitía acceder a canales especiales deportivos. Cuando no estaba aquel padre, el resto se tenía que conformar con ver los canales normales. Era el ecónomo el que determinaba la posibilidad de ver algo diferente, casi siempre relacionado con el deporte. Seguir leyendo Ser ecónomo, un auténtico ministerio

Es urgente formarse en economía

Hay religiosos y religiosas que piensan que esto de la economía es meramente una cuestión técnica: llevar las cuentas, cuadrar los bancos y poco más. Entre ese “poco” más está encargarse de hacer algunos gastos y gestiones muy sencillos. Algunos piensan que para esas funciones bastaría contratar a una persona.

La realidad es un poco más compleja. En la mesa del administrador y de los gobiernos religiosos en general caen muchas otras cuestiones y asuntos que son muy complejos. Seguir leyendo Es urgente formarse en economía

Por un 2016 al servicio de la misión

Acabo de hablar con una amiga mía que, junto con otras personas, acaba de crear una nueva empresa. Hay una idea. Han juntado fuerzas y algo de dinero. Y están empezando. En estos primeros momentos todo son pérdidas. No sólo por la cuenta de resultados sino también por las horas sin medida entregadas a esa nueva aventura en la que se han metido. Como en toda empresa nueva, no están seguros de que si van a conseguir salir adelante. Pero de lo que sí están seguros es de que están poniendo toda la carne en el asador. Si no lo consiguen, no va a ser por falta de esfuerzos. Seguir leyendo Por un 2016 al servicio de la misión

Cuidar a nuestros empleados (y 2)

En un post anterior, hace un mes, hice prácticamente un resumen de lo que iba a ser el artículo que se ha publicado en el número de diciembre de la revista “Vida Religiosa”. Pero se me pasó poner dos breves comentarios, casi se podría decir que dos notas a pie de página, que en mi opinión tienen su importancia y que quizá merecerían un comentario más amplio.

La primera me la recordó un amable lector que me señaló que no había hablado de la “misión compartida”. Seguir leyendo Cuidar a nuestros empleados (y 2)

Cuidar a nuestros empleados (1)

En uno de los próximos números de la revista “Vida Religiosa” va a salir un artículo sobre este mismo tema: nuestros empleados. Entiendo que es muy importante y crucial para el futuro de nuestros institutos y de su misión. La vida, la falta de vocaciones, nuestro propio envejecimiento como grupo, la complejidad de las obras que tenemos entre manos… todo nos ha ido haciendo que cada vez tengamos que contar con más colaboradores laicos con los que se establece una relación laboral. Seguir leyendo Cuidar a nuestros empleados (1)

Un blog quincenal de Fernando Torres sobre economía y vida religiosa